domingo, 20 de junio de 2010

Mi padre.

Cuando cumplí 20 años llegué a la conclusión de que entre mis hermanos y yo habíamos terminado por desquiciar a nuestro padre, sin embargo ahora que lo pienso yo no hubiera reaccionado mejor si hubiera tenido que mantener a las 3 bestias que somos mis hermanos y yo. Es más, creo que comprendo un poco más su actitud en estos años para con nosotros.

Nah... En realidad no comprendo a mi papá, es más, tenemos gustos muy diferentes y opiniones casi contrarias, encima de eso no recuerdo muchos momentos knorr suiza padre-hijo con él. Lo que si entiendo es que en base a su experiencia de vida (me encanta esa frase) nos ha enseñado a mis hermanos y a mi -usualmente por las malas- varios consejos los cuales podría resumir en tres sencillos puntos:

1. La gente allá afuera está completamente desquiciada y la mayoría preferiría mentarte la madre a saludarte. El chiste es saber ganarse por las buenas a los que valen la pena y alejarse de aquellos que sólo te traerán problemas.

2. Nunca hagas estas tres cosas: Meterte en líos de mujeres, dejar de cobrar por cosas que sabes hacer y cobrar por lo que no sabes hacer.

3. Cualquier cosa que suceda sabes que puedes contar con tus hermanos y con nosotros (mi mamá y él). Nunca dejes de ver por la familia.

Bien, creo que eso engloba mis relaciones sociales y económicas con el resto del mundo y vale que me ha ido bien salvo por que gasto como idiota (ver post anterior). A final de cuentas el que mi papá haya estado detrás de nosotros ha tenido un buen efecto.

Ya para acabar, recuerdo que una vez chateaba con una señora de España y que ella me contaba sus asuntos familiares y en especial una frase que dice más o menos así: "Sabes que has tenido éxito como padre cuando tus hijos crecieron bien, están junto a ti y no te detestan... Mis padres lo hicieron bien, sólo que no me enseñaron a ser como ellos a su edad". En base a ese comentario puedo decir que mi papá lo ha hecho bien, supongo. Ahora lo que me preocupa es pensar qué clase de persona seré cuando tenga su edad.

En resumen, quiero mucho a mi papá, aunque la mayoría de las veces no aprecie lo que él hace por mi.

Felicidades, viejo.