domingo, 20 de enero de 2008

Resumen de la investigación (primera parte)

Le suplico que lea este mensaje lo más pronto posible. Hace treinta días que no logro dormir bien.


Señor, es muy probable que ya esté enterado de todo lo que esta sucediendo en este momento, aún así me atrevo a informarle todo lo que sé del caso. Siguiendo las indicaciones que Ana me dió le envio este correo usando el único CODEC disponible en la ciudad.

Hace un par de días fue la masacre de la secta de la Serpiente, una sociedad secreta compuesta por catedráticos, empresarios, políticos e intelectuales de gran renombre. Ellos profesaban que algún día sus dioses regresarían después de su largo sueño para purificar a todo este mundo del mal que lo aqueja. El fin les llegó el mismo día de su más grande fiesta, el pacto de Miridloe, día en el que según el portal está más abierto a nuestro plano y por ende sus deidades. Supongo que lograron invocar a alguna de ellas, más que nada por la forma tan perturbadora en la que fueron hallados todos aquellos cadaveres.

Llevaba 2 años investigándoles. Uno de mis clientes me pidió que siguiera de cerca a Antoine Paponnet, un empresario frances que había salido con su hija unas semanas antes de que ella desapareciera. Él fue uno de los pricipales sospechosos cuando se hizo público el caso, pero, como no se logró demostrarle nada, tuvo que ser descartado rapidamente del caso. Al contrario de lo que la opinión pública imaginaría de un empresario de tan alto nivel él permaneció en el país, argumentando que tenía asuntos de vital importancia para su empresa, Metalurgía Paponnet.

Aunque todas las operaciones de la empresa se llevan a cabo en el norte del país, cerca de la frontera con Estados Unidos, sus oficinas se encuentran en la capital. Todo el tiempo que estuve investigando a este hombre jamás fue para allá. Suena lógico tomándo en cuenta el papel que tiene como CEO de la transnacional. Lo curioso de todo esto es que sus operaciones en México son nada productivas, incluso los estadistas del mercado comentan que son un gasto inecesario. Paponnet parecía tener un motivo ajeno a su empresa, uno lo suficientemente grande como para mantenerlo aqui y lo había....