viernes, 21 de marzo de 2008

¿Quién actualmente compra porno impreso?

Son la 1:30 A.M. y estoy haciendo limpieza general, con esto de los días libres en Semana Santa tengo que hacer algo que valga la pena además de estudiar y revisar mis pendientes, aunque lo tenga que hacer pasando la media noche.

En esta ocasión me puse a escombrar mi colección de revistas: limpiar, sacudir, ordenar y entonces... aparecen un par de revistas porno que no veía desde los trece años (han pasado 10 años). Ya me preguntaba donde habían quedado.

Un par de revistas amarillentas por los años y de contenido explicito: oral, trios, por delante, por detrás, por donde se pueda... Así me las gastaba de puberto, y digo me las gastaba, porque hoy en día ya es menos común que alguien decida comprar porno impreso, recuerdo que me resultaba vergonzoso a esa edad pedir algo así en un puesto (si, a la mayoría de los voceadores les vale madres si eres mayor de edad mientras puedan venderte algo). Digo, no ha desaparecido, sólo que ya no es el medio ideal para su difusión. Y no, no estoy hablando de revistas estilo Playboy, Maxim, H para hombres o las eroticonas de a 10 pesos, sino las que muestran sexo explicito y sin censura (unas hasta trama tienen, ja ja). ¿Quién actualmente compra porno impreso?

La difusión de la información ha cambiado mucho y sonaba muy lógico la migración de los medios impresos a los electrónicos. Razones hay muchas y todos las conocemos, pero las principales en el porno son difusión, comercio y privacidad. Es más fácil que tú mamá/novia/esposa encuentre las porquerías que ves debajo de tu cama a que sepa la contraseña de tu pc y revise tus archivos. En fin, aún así existen los medios impresos y seguirán existiendo mientras no se resuelva el problema de la portabilidad y conectividad permanente, y que dejen de existir los coleccionistas, quienes vean en las ediciones impresas un plus (ahí tienen los comics, por ejemplo). Cuando no existan los medios impresos (incluidos libros y libretas) será un día grandioso, sino llega demasiado tarde para la naturaleza y a la vez triste, ya que daremos fin a ese invento llamado libro. Creo que falta un buen de tiempo antes de que podamos ver ese día.

Les doy una última hojeada, las rompo en pequeños trozos y las meto en lo más profundo de la bolsa de basura. Siguen mis cajones y toda la basura sentimental que tengo guardada ahí. Posiblemente otro tema para hablar en otra ocasión.

Hookers a sólo 25 pesos...