martes, 13 de mayo de 2008

Desencanto (parte 1)

El calor, la música a todo volumen, las parejas sedientas de acción y una noche desenfrenada de todo tipo de excesos son el común denominador en esta típica noche en la zona hotelera de Cancún. María mantiene en sus manos temblorosas un Mojito mientras ve el mar desde el balcón de un bar.

- Son las dos de la mañana. Dafne ya se encuentra dormida en la habitación, nunca ha sido buena bebiendo, especialmente si de Vodka se trata. Al parecer no despertará hasta mañana a medio día. Creo que tenemos todo la noche para hablar. ¿verdad, Lenny?

- ¿Y cómo de que quieres hablar?

- Tenemos tiempo sin vernos, al fin nos encontramos en el lugar menos esperado y sales con que no tienes nada de que hablar. ¿Qué ha sido de ti, Leo? ¿Qué has hecho de tu vida?

- Afortunadamente he ido mejorando, los dolores en la cadera cada vez son menos frecuentes y como puedes ver me ha ido de maravilla. Prueba de ello es este bar. Mario tiene año y medio y ya se puede sostener por si mismo, en cualquier momento puede dar sus primeros pasos. Espero estar ahí cuando eso suceda... ¿Tú turno?

- ¿Eh?... Este, yo... Cómo sabes, desde el funeral de mis padres no he puesto un sólo pie en la costa, ya no tengo nada que hacer allá.

- Ese huracán terminó por joderla, el turismo ya no regresó. Ahora es sólo tierra de desgracia, militares y narcos. Ya nadie quiere pararse allá. No te culpo por no querer volver.

- Así es... Mejor dediqué todo mi tiempo a la Universidad. Ya terminé la licenciatura y pienso titularme vía tésis. Mis compañeros de generación decidieron hacer este viaje y mírame aquí, je je je. Chistoso, ¿no?

Leo baja la mirada para después ver al mar, no dice ninguna palabra. María sabe que su comentario no fue bien recibido.

- Ejem, ejem. ¿Y qué dice tu esposa?

- ¿Mi esposa?

- Si, me dijeron que te casaste. No me digas que me...

- Está allá arriba en el hotel. Vino a ver al niño también por sus vacaciones. Pasado mañana regresa a Madrid. Dice que le va genial allá, inclusive ya hasta tiene novio, quesque un bartender en Ibiza. La verdad no me importa.

- ¿No vive aquí? ¿Novio? ¿No se supone que es tu esposa?

- Ese era el trato. Procuramos no vernos tan a menudo, ya no tenemos nada en común.

- No puedo creer lo que escucho. ¡TIENEN UN HIJO!

- No, yo tengo un hijo, ella sigue siendo la misma perra que conociste en el pasado.

La discusión ha llamado la atención de los clientes del bar. Leo finalmente termina su cigarro y se retira del balcón dejando atrás a María.

- Tengo que regresar a trabajar, fue un gusto hablar contigo.

- Lenny...

- Por cierto, me saludas a Dafne. Espero que el casarse contigo no le haya quitado el encanto.