viernes, 2 de enero de 2009

Inicio de año y mitología del año que acaba.

Para muchas personas a lo largo del mundo la transición entre el 31 de Diciembre y el 1 de Enero es un momento místico en el que puede cambiarse el modo en que vivamos el resto del año. En lo personal el festejo de año nuevo es tan místico como los Chuck Taylor que traigo puestos.

Antes de iniciar este post necesito aclarar algo. Aunque Ed tuvo una educación y crianza bajo los preceptos del cristianismo no quiere decir que sea cristiano (aunque lo aparente), más bien él es omniteista (sic) por ponerle nombre. Lo que sea que eso signifique vamos a tratar de explicarlo. La percepción de una deidad para una persona no es la misma para nadie más. Que alguien crea en Dios no significa que bien no pueda tener otro ser de devoción (como pueden ser los santos para los católicos, por ejemplo) y eso mismo no desamerita la devoción de otras personas hacía otras deidades o bien, que no esté consciente de las muchas otras religiones, doctrinas y cultos, y por añadidura a sus sujetos de adoración. Teniendo esto en mente se puede decir que Ed está consciente de que todos esas deidades existen de una u otra forma y que rendir culto a uno o varios de ellos es una forma de cultivar a nuestro ser interno y de esta forma llevar una vida rica y plena (espiritualmente hablando, claro está). En el caso de Ed decidió por mantenerse al margen de todos ellos y llevar una vida, primeramente de auto conocimiento y después de conocimiento exterior (en el que se incluye a usted, estimado lector). Desde cierto punto a esto se le podría llamar "autosofía" pero procuro no ponerle nombre ya que el termino fue acuñado en cierta serie televisiva, relacionándole con una secta ficticia, en fin.

¿Qué tiene que ver todo el anterior párrafo pacheco con el año nuevo? Fácil. Todos los rituales como las doce uvas, sacar las maletas, entre otros, que se llevan a cabo en vísperas de año nuevo tienen un sentido especial desde el punto de vista de la ideología que les dio origen, pero son actos vacíos si es que se llevan a cabo con el firme propósito de que se hagan realidad sin acción de quién los realiza (como perder peso, salir de viaje, etc). Aún en nuestra era a mucha gente le cuesta trabajo pensar que las cosas no se dan simplemente pidiéndolas, sino por una serie de acciones que resultan en la acción u objeto de nuestro deseo. No hay que olvidar que el motor de nuestros propósitos somos nosotros y nuestra fuerza de voluntad. Si se tiene eso en mente a cualquiera se le podrá augurar un grandioso inicio de año.

En cuanto a propósitos, los míos son principalmente dos: Tener paz, tanto interna como con toda la gente que me rodea y tener esa persona especial en la cuál depositar todo el amor y recursos que tengo. Para mi sin paz y amor no soy feliz. No he sido dichoso en muchos años.

Para terminar: Si hubiera tenido pareja en esta época hubiera aplicado un regalo (espero que de buen gusto) como ésto. Sólo por el gusto de regalar... ^_^