Ritmo de oficina rápido, no tienes mucho tiempo para comer y por lo mismo tragas cualquier cosa que se te para enfrente (incluida tu novia), así que cuando se presenta el tiempo de comer algo hecho en casa (ya sea que tú lo hayas preparado o lo que quedó de la comida del Domingo en la casa de tus padres) hay que mantenerlo lo mejor conservado posible, porque eres huevón y no piensas tirarlo si aún sirve. Para este caso los refractarios, sin duda.
Además si quieres llevar comida a tu trabajo hazlo en algo que se vea decente, no en la porquería de vasos desechables de los supermercados, no seas paria.
En la foto los míos.
No es de avergonzarse llevar el itacate al trabajo.
The Zeruz en Twitter.
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