jueves, 20 de noviembre de 2008

Deja-vú (parte 1)

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Gentesimple, capítulo 12
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Me encuentro en el apartamento de Dafne, quien a su vez se encuentra sentada semidesnuda sobre mi en el sofá de la sala mostrándome sus bellos, perfectos e impactantes senos. Guau, siempre he tenido un gusto algo obsesivo por los pezones rosados, vaya sorpresa la mía. Por mucho tiempo estuve esperando que este momento se diera y ahora que está sucediendo en lo único que puedo pensar es en María. Qué jodido estoy.

No sé por qué me sucede esto. Es más, María no se parece en nada a Dafne. Ella es de estatura media, rubia y de carácter pasivo. Todo lo contrario a Dafne que es alta, de cabello azul y agresiva, además tiene unos senos que María -o cualquier mujer promedio- envidiaría. Carajo, no puedo dejar de verlos por más que me esfuerce.

Dafne se recuesta sobre mi, me abraza, acaricia y besa para finalmente poner el lóbulo de mi oreja derecha entre sus dientes y decirme con una voz extremadamente sensual que ya está lista, que sea gentil con ella ya que es su primera vez. Yo por mi parte siento que el corazón se me va a salir del pecho y que mi cabeza palpitante va a reventar en cualquier momento. Y no es porque mi libido vaya en aumento, sino porque estoy consciente de haber vivido esto anteriormente y fue precisamente con María. Esto es perfecto: Un maldito deja-vú va a fastidiarme mi primer relación sexual en casi 3 años. Soy un pendejo, uno muy nostálgico.




Continua en la parte dos, aquí